"Soy Político, No mago" : Afirma Alito Moreno ante el declive del PRI
Moreno insistió en que los medios han sido reacios a darles espacio,
En una entrevista reciente con la periodista Adela Micha, el líder del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alejandro "Alito" Moreno, abordó cuestionamientos directos las dificultades de su partido en el contexto político actual. Enfrentando las críticas por la pérdida de apoyos y gobernaturas, Moreno se defendió con una frase clara: "Soy político, no mago", dejando entrever que los resultados negativos que ha cosechado el PRI no se deben a una falta de esfuerzo, sino a factores externos y estructuras que, según él, le son adversas.
El intercambio comenzó cuando la periodista le cuestionó sobre su afirmación de un “cerco informativo” contra su partido. Mientras que Moreno insistió en que los medios han sido reacios a darles espacio, Micha le respondió que esa declaración sonaba más a una "paráfrasis" que a un argumento sólido, sugiriendo que el líder del PRI se limitaba a repetir lo que muchos ya han dicho sin pruebas concluyentes.
Alito Moreno acusó al gobierno de Morena de estar detrás de un cerco informativo, que, según él, afecta particularmente al PRI. Para él, la falta de invitaciones a sus miembros en los medios de comunicación y el rechazo de los medios a su participación en debates representan una limitación a la "libertad de expresión". A pesar de sus esfuerzos por levantar la voz, dijo, el gobierno no parece estar dispuesto a ofrecer un espacio para la crítica constructiva.
Sin embargo, algunos podrían considerar que la queja de Moreno es más una justificación por la falta de resultados tangibles que una reflexión sobre los verdaderos obstáculos que enfrenta el PRI en la actualidad. El hecho de que en un país democrático no se realicen debates entre los principales líderes de los partidos políticos, como mencionó Moreno, parece ser una crítica válida, pero también podría interpretarse como una falta de voluntad por parte del PRI para fortalecer su liderazgo interno y su capacidad de movilizar apoyos.
Moreno también defendió los logros de su partido, apuntando a las elecciones en Durango donde el PRI se posicionó como la primera fuerza política. Sin embargo, este tipo de declaraciones parecen opacar la realidad de la pérdida de gubernaturas que ha enfrentado el partido, pasando de 14 en 2019 a solo 2 en la actualidad. Aunque Moreno intentó restar importancia a esta caída, alegando que esas gubernaturas ya estaban perdidas cuando Morena ganó la presidencia, muchos consideran que no es solo un tema de pérdidas previas, sino de una desconexión progresiva del PRI con sus bases históricas.
La realidad de que varios gobernadores priistas se han sumado a las filas de Morena, traicionando el partido al cual pertenecían, no solo refleja una falta de liderazgo interno, sino también la fragilidad de las estructuras que Alito Moreno dirige.
En cuanto a las expectativas para las elecciones de 2027, Moreno adoptó una postura cautelosa. Aunque aceptó que no puede predecir los resultados, reconoció que “la oposición representa prácticamente la mitad del electorado”, lo que indica que las posibilidades del PRI dependen en gran medida de las coaliciones que logre formar, más que de una recuperación orgánica del partido.
Al mismo tiempo, la insistencia en la idea de que el PRI aún tiene una "gran fuerza" parece más un intento de reanimar la moral interna que una evaluación realista de su posición. A medida que los años avanzan, el PRI podría estar perdiendo su relevancia frente a nuevos actores políticos y a una coalición opositora que, por ahora, parece más cohesiva que el propio PRI.
Uno de los momentos más reveladores de la entrevista ocurrió cuando la periodista le señaló que, a pesar de sus llamados a “cerrar filas” dentro del PRI, muchos de sus propios políticos se han mostrado reacios a unirse en torno a su liderazgo. Este desafío interno, junto con la falta de resultados en 2024, parece estar afectando la unidad del partido. Sin embargo, Moreno respondió a esta crítica con la frase “soy político, no mago”, una aclaración que, si bien refleja la dificultad de lograr consensos, también da la sensación de que el líder priista sigue viendo el panorama a través de una óptica un tanto idealizada, sin asumir completamente las raíces de los problemas estructurales dentro de su partido.
A pesar de que Moreno ha tratado de mantener una imagen de resistencia y de fuerza interna, la verdad es que el PRI está frente a un escenario cada vez más complicado, donde no solo se enfrenta a la creciente popularidad de Morena, sino a las tensiones internas y a una serie de errores políticos que parecen estar socavando su capacidad de competir por el liderazgo en el país.